Alma vía postal
Sobres de correo ilustrados
En mi época de estudiante, mi cartera estaba casi más vacía que llena con frecuencia. Además, algunos de mis amigos no vivían en mi misma ciudad, incluso algunos de ellos (tras un año de Erasmus) ni siquiera eran de mi país ni hablaban español. Pero la lengua castellana dice que “la necesidad agudiza el ingenio” y yo iba a ser menos.
Durante esos años, al llegar los cumpleaños de la gente que estaba lejos, afilaba lápices, calibraba escáner y me metía sobredosis de Photoshop. Que una amiga francesa estaba de cumple… Pues yo le hacía un dibujo o ilustración, otro sobre mí, maquetaba en el pc ambos para que fueran el anverso y el reverso de un sobre de correos y a la imprenta. Lo cierto es que yo mismo empecé a coleccionar mis propios sobres, pues cada cumpleaños enviaba a la persona agraciada dos sobres con su correspondiente sello. En el primero: Una carta, pegatinas y chorradas que cupieran en un sobre de tamaño básico. En el segundo: un sobre enorme doblado dentro con nuestras direcciones ya escritas, para que me lo enviase de vuelta, desde Valencia, Salamanca, Lisboa o Brasil.
En un tiempo de dos años me hice con mi curiosa colección, cada sobre con ilustraciones temáticas y los dos protagonistas de la amistad reflejados en cada lado, a veces como animalitos, a veces como aristócratas del XIX o como protagonistas de Parque Jurásico (cada friki con su tema, claro). Y es que sería un regalo de pobres, ¡pero para gente con grandes almas!