El poder de la imagen
Cartelería e ilustración publicitaria
Desde los inicios de la cartelería publicitaria, la ilustración ha ocupado un importante papel en el desarrollo de este arte. Los carteles abundan en nuestro día a día, generalmente como motor del consumo, aunque no necesariamente. Lejos quedan aquellos años en los que en los carteles publicitarios aparecía la firma del artista que lo había dibujado (a veces la autoría era parte del reclamo), hoy abundan la cartelería fruto de un equipo de diseño y creativos.
Históricamente han ocupado el campo de la comunicación en ocio (verbenas, ferias, toros) propaganda institucional (campañas de salud, higiene, sensibilización, bélicos o políticos) y más adelante productos (cartel de escaparate, destino turístico, difusión de contenidos culturales) según la creciente sociedad industrial se iba desarrollando a lo largo del siglo XIX, llegando a finales de siglo y principios del XX a su máxima explosión artística.
Los avances en la técnica de la litografía y cromolitografía hicieron que artistas y dibujantes cobrasen gran protagonismo en este ámbito. Sus diseños fueron, poco a poco sentando las bases de la composición visual, a veces cómo buenamente podían con los medios de los que podían echar mano, otras veces marcados por los gustos de la época. Encontramos etapas iniciales dónde la cartelería centra su peso en la tipografía. Posteriormente las ilustraciones ganan peso, si bien en un inicio como composiciones más cercanas al grabado clásico que a la imagen contemporánea. Pronto grandes escuelas del diseño como Bauhaus, el constructivismo ruso y otros estilos artísticos dejaron también su impronta en los carteles.
Destacan los periodos de entreguerras como de gran calidad creativa.
Hoy, en nuestra sociedad bombardeada de imágenes, el papel de la cartelería sigue presente. Las técnicas digitales y en ocasiones la fotografía han revolucionado este arte. Se busca en general imágenes impactantes que atraigan la atención del ojo entre tanto ruido, y en este sentido los conceptos cortos y los golpes de vista ganan.
Un buen cartel debe transmitir su mensaje, debe ser atrayente y visual. No debe perderse en demasiada información y priorizar mensajes y frases cortas. Aunque el trabajo del ilustrador ha perdido considerablemente peso, sigue estando vigente, y a menudo puede ser la diferencia que lo haga atrayente entre una vorágine saturada de imágenes.